El partido de México y Argentina revive una vieja rivalidad deportiva
Cuando México se enfrente a la selección de Argentina el sábado, los fanáticos mexicanos tendrán sentimientos encontrados hacia el país que debería ser su máximo rival esa noche.
La razón de eso es la huella perdurable que han dejado los entrenadores argentinos en el fútbol mexicano.
Muchos mexicanos le dan crédito al entrenador argentino César Luis Menotti por revolucionar el fútbol mexicano al mejorar el estilo de juego por encima de la fuerza física durante su carrera al frente de la selección nacional en la década de 1990. Si bien permaneció menos de dos años y nunca entrenó a México en una Copa del Mundo, Menotti sigue siendo una figura querida a pesar de que ahora se desempeña como director de las selecciones nacionales de Argentina.
En su primer día en México, Menotti, quien llevó a Argentina al título de la Copa del Mundo en 1978, dijo a los periodistas que planeaba sondear profundamente el alma de México “porque la única forma en que puedes liderar una selección nacional es entendiendo cómo está inextricablemente ligada a la vida interior del país”.
Con cabello largo y patillas pobladas, Menotti fumaba cigarrillos, vestía trajes elegantes, citaba frases literarias con soltura y hacía comentarios políticos, una mezcla inusual para el México conservador de esa época. Durante su última entrevista como entrenador de la Selección Mexicana, dijo que ahora entendía a México mejor que muchos mexicanos.
Desde entonces, ha habido dos entrenadores argentinos a tiempo completo de la Selección Mexicana (más que de cualquier otra nacionalidad extranjera). Ninguno ha recibido la reverencia que se le brindó a Menotti.
Ricardo Antonio La Volpe dirigió a México de 2002 a 2006, y llegó a la Copa del Mundo de 2006 en Alemania. Su estilo era que México sacara el balón desde la defensa para iniciar los ataques. Llevó al equipo a las semifinales de la Copa Confederaciones de 2005, donde México perdió en una tanda de penales contra nada menos que Argentina. Un año después, Argentina eliminó a México en la Copa del Mundo.
Esas derrotas expusieron a LaVolpe a críticas brutales y cuestionamientos sobre su dedicación a la Selección Mexicana. La prensa nacional lo antagonizó sin cesar y el desdén fue mutuo. Una vez le tiró agua a los periodistas después de una sesión de entrenamiento.
Fue así que, lidiando con esa mezcla de reverencia y sospecha por los entrenadores argentinos, Gerardo “Tata” Martino clasificó a la Copa del Mundo de este año.
Martino ha sido criticado por dejar afuera del equipo a la superestrella nacional Javier “Chicharito” Hernández. Los comentaristas mexicanos se quejan del desempeño decreciente del equipo en los últimos dos años, incluidas las derrotas en partidos importantes contra la selección de Estados Unidos. Cuestionaron la lealtad del entrenador luego de que apareciera una foto en la que hablaba con el entrenador de Argentina, Lionel Escaloni, mientras ambos asistían a un partido de Newell’s Old Boys, el equipo de Rosario donde ambos debutaron como jugadores.
“No me gusta que un técnico que no sea mexicano esté en la selección”, le dijo a ESPN Hugo Sánchez, considerado el mejor jugador mexicano de todos los tiempos.
Martino dijo en una conferencia de prensa que se siente como el “enemigo público número uno” después de que los fanáticos mexicanos corearan “Fuera Tata” en el estadio y muchos compartieran la etiqueta #fueratata en las redes sociales.
Matías Vuoso, un argentino con ciudadanía mexicana que jugó una decena de partidos con la selección de México entre 2008 y 2015, dijo que la relación entre ambos países siempre ha sido “especial”.
“Creo que hay que darle a Martino el beneficio de la duda”, dijo Vuoso. Lidiar con tanta crítica y tanta historia al mismo tiempo, dijo, “es cargar con un equipaje muy pesado. No beneficia a los jugadores ni al equipo”.