La ONU aprueba misión de seguridad a Haití liderada por Kenia
Este lunes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizó una misión multinacional de seguridad de un año de duración para Haití, liderada por Kenia, con el objetivo de tomar medidas enérgicas contra la violencia desenfrenada de las pandillas que ha trastocado la vida de muchas personas en la nación caribeña.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, conformado por 15 miembros, votó a favor de autorizar una misión de seguridad para proteger infraestructura crítica como aeropuertos, puertos, escuelas, hospitales e intersecciones de tráfico clave y ejecutar “operaciones selectivas” junto con la Policía Nacional de Haití. Kenia se ha comprometido a enviar al menos 1000 efectivos de seguridad y se espera que otras naciones ofrezcan otros recursos.
La resolución se aprobó con 13 votos a favor y dos abstenciones.
La aprobación marcó un momento cada vez más inusual en el que el consejo pudo actuar. Desde la invasión rusa a Ucrania, las divisiones entre sus cinco miembros permanentes, cada uno con poder de veto, han impedido que esa instancia apruebe resoluciones y adopte medidas.
Rusia y China se abstuvieron, lo que sugirió que ninguno de los países respaldó la resolución pero no iba a bloquear su aprobación. Los diplomáticos declararon que las negociaciones con ambos países habían sido tensas durante varias semanas y que el texto fue reescrito varias veces, pero que al final se alcanzó un consenso.
La idea de que el Consejo de Seguridad despliegue una fuerza multinacional en Haití fue propuesta por António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, tras la ruptura de la ley y el orden en el país y luego de que las pandillas se apoderaran de puertos y depósitos de combustible, declaró el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, el lunes.
“También le estamos pidiendo a los Estados miembros que envíen a sus propios ciudadanos a un entorno muy difícil y desafiante con un riesgo real de vida o muerte. Por eso entendemos que esto podría tomar mucho tiempo. Hay implicaciones políticas y logísticas”, dijo Dujarric.
Dujarric añadió que los países que envíen policías u otras fuerzas de seguridad a Haití serán responsables por las acciones de sus tropas y deben garantizar que cumplirán con los más altos estándares de conducta y respeto a los derechos humanos.
Casi 3000 personas fueron asesinadas en Haití desde octubre del año pasado hasta junio, cuando las pandillas tomaron el control de grandes zonas del país, en particular de Puerto Príncipe, la capital, según las Naciones Unidas. Muchos barrios han sido desalojados porque la población ha decidido huir de la ola de asesinatos, secuestros y extorsiones generalizadas.
Las pandillas alineadas con partidos políticos han fortalecido su control sobre el país desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021. Desde hace años no se han celebrado elecciones municipales, legislativas o parlamentarias, lo que ha creado un vacío de poder.
El gobierno de Biden ha prometido enviar 100 millones de dólares más otros 100 millones de dólares del Departamento de Defensa en forma de inteligencia, puentes aéreos, comunicaciones y asistencia médica.
Alrededor de una decena de países afirmaron que se unirán a la misión, incluidos Jamaica, Barbados, Antigua y Barbuda.
Hace un año, el primer ministro de Haití, Ariel Henry, instó a la comunidad internacional para que se tomaran medidas.
Pero los defensores de los derechos humanos que consideran ilegítimo el nombramiento de Henry criticaron la decisión de autorizar una fuerza extranjera y la calificaron como una medida más de la comunidad internacional para respaldar a un gobierno corrupto que no fue elegido por la población.
“Históricamente, las intervenciones no han mejorado las cosas, e históricamente las han empeorado”, afirmó Alexandra Filippova, abogada principal del Instituto para la Justicia y la Democracia en Haití, un grupo de defensa legal. “Esto estabilizará a un gobierno represivo corrupto e ilegítimo, que es responsable de crear y perpetuar la crisis”.
Dos importantes grupos haitiano-estadounidenses le escribieron al gobierno de Biden oponiéndose al plan de Kenia, afirmando que servirá para “exacerbar su actual crisis política hasta convertirla en una catastrófica”.
Las misiones previas de la ONU en Haití terminaron generando más miseria para el país: una fuerza de mantenimiento de la paz que se mantuvo durante años propagó el cólera hace más de una década, matando a miles de personas. Los grupos de derechos humanos dijeron que muchos soldados de la ONU engendraron bebés y los abandonaron.
Además, Kenia ha sido criticada por cometer abusos contra los derechos humanos y actos de corrupción en otros países donde ha desplegado fuerzas.
Los funcionarios estadounidenses afirmaron que la propuesta actual, copatrocinada por Estados Unidos y Ecuador, exige fuertes protecciones para los derechos humanos.
La resolución le otorga a la misión un mandato legal internacional y facilita que países terceros, en particular Kenia, trasladen tropas en el terreno. También ofrece apoyo logístico y de capacitación a estos países terceros.
La resolución establece un mecanismo de supervisión para prevenir violaciones o abusos a los derechos humanos, en especial la explotación sexual.
Un alto funcionario estadounidense declaró que la votación del lunes representó un hito importante en el esfuerzo del consejo para estabilizar a Haití desde que hace dos años cayó en una espiral de la violencia tras el asesinato de Moïse y un potente terremoto en 2010.
“El ánimo entre los diplomáticos del consejo ha estado cada vez más sombrío. Esta votación sobre Haití le dará un estímulo a muchos diplomáticos pesimistas. Sugiere que los miembros permanentes aún pueden determinar algunas áreas de acuerdo a pesar de sus diferencias”, afirmó Richard Gowan, director de la ONU para el International Crisis Group, una organización que trabaja para prevenir conflictos.
Los diplomáticos de la ONU dijeron que las negociaciones para aprobar la resolución comenzaron a fines de agosto después de que Kenia se ofreciera para liderar la misión. Fueron necesarias semanas de intensas conversaciones para lograr que China y Rusia se sumaran después de que formaron un frente unificado oponiéndose a dos partes importantes de la resolución.
Según algunos diplomáticos, un factor clave para lograr que Rusia y China se sumaran fue el liderazgo de Kenia en la fuerza policial y la visión general del consejo de ser más receptivos a las voces y demandas africanas. Tanto Rusia como China tienen fuertes vínculos económicos, militares y políticos con África. El apoyo a la resolución por parte de los países caribeños añadió un mayor impulso.
Rusia y China querían una misión de seis meses en vez de un año, lo que Estados Unidos, Europa y otros miembros del consejo rechazaron, alegando que llevaría la empresa al fracaso porque no daría a las fuerzas kenianas el tiempo necesario para cambiar las cosas, dijeron los diplomáticos.
El segundo punto de discordia fue que la resolución fuera emitida bajo una sección de la carta de la ONU que permite al consejo intervenir cuando la seguridad se ve amenazada. Rusia y China querían que la resolución se incluyera en una sección diferente que insta a las naciones a resolver las disputas por medios pacíficos.
Al final, el texto fue ajustado varias veces y se llegó a una concesión, contaron los diplomáticos.
La aprobación de la resolución es destacable debido a las divisiones cada vez más profundas entre los cinco miembros permanentes —Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia— desde que comenzó la guerra en Ucrania.
El consejo no ha podido tomar medidas para detener la agresión en Ucrania debido al veto de Rusia. En los últimos meses, las tensiones se extendieron a otros temas: Rusia bloqueó la acción sobre la entrega de ayuda transfronteriza a Siria y las sanciones contra individuos en Malí, y se denunció los lanzamientos de misiles de Corea del Norte.
El Consejo de Seguridad tiene el mandato de autorizar las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU, y es inusual que autorice a fuerzas multinacionales o de países terceros a entrar en un conflicto. Técnicamente, Kenia no necesitaba el voto de Naciones Unidas, pero había dicho que no procedería sin el respaldo internacional.
En 2007, el consejo autorizó la entrada de fuerzas de la Unión Africana en Somalia para ayudarla a combatir los grupos terroristas extremistas.
Un diplomático de la ONU dijo que el cronograma para el envío de fuerzas de Kenia a Haití aún no estaba claro, pero que al menos faltarían varios meses. El diplomático afirmó que Kenia quería tener la claridad de una resolución del consejo antes de comenzar a implementar la logística de un cronograma.
Frances Robles es periodista de investigación que cubre Estados Unidos y América Latina. Ha sido periodista durante más de 30 años. Más de Frances Robles
Farnaz Fassihi es reportera de The New York Times en Nueva York. Antes fue redactora sénior y corresponsal de guerra para el Wall Street Journal durante 17 años, con sede en el Medio Oriente. Más de Farnaz Fassihi